lunes, 23 de mayo de 2011

COLINA junto a Filmus y Tomada, Nuestros compañeros

El miércoles, cuando se cumpla el primer año de la Argentina post-bicentenario y nueve años de la asunción de Néstor Kirchner, quedarán en claro los contrastes impresionantes del cambio. Aquel 25 de mayo de 2003 en el que Kirchner advertía que no dejaría sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, Daniel Filmus y Carlos Tomada, con los dientes apretados, juraron por la Patria acompañar al ex presidente.

Y lo hicieron nada menos que a cargo de los ministerios de Educación y Trabajo.
DANIEL  Filmus tenía a su cargo una cartera desguazada, provincializada, ni siquiera podía mandar los desayunos a las escuelas desde el Palacio Pizzurno.
Carlos Tomada tenía ocupada a diario la puerta de la sede laboral: la avenida Leandro Alem era cortada por manifestantes que pedían bolsas de comida. Es decir, la Argentina de la educación gratuita podía llevar los chicos al colegio si les daba de comer y la Argentina de la dignidad de las leyes laborales tenía trabajadores que pedían pan. Esos dos militantes, ambos de extraordinaria carrera académica, habían recorrido el país hasta quedarse sin voz para que Kirchner llegara a la Casa de Gobierno. Nueve años después, podrán mirar sus fotos de aquel día. Filmus tenía el pelo más negro y Tomada tenía algo más de pelo. Ahora, los dos tienen la misma determinación y acumularon una experiencia difícil de dimensionar. Argentina destina en su presupuesto nacional el coeficiente de Educación más alto de la región. El promedio salarial también lo es y, por lejos, es el país con más ejercicio de negociaciones colectivas de trabajo.